
19 Sep SEAE se une a la HUELGA MUNDIAL POR EL CLIMA del 27 DE SEPTIEMBRE
“En defensa del futuro, de un planeta vivo y de un mundo justo”, desde la Sociedad Española de Agricultura Ecológica/Agroecología (SEAE) nos adherimos como entidad a la convocatoria internacional de Huelga Mundial por el Clima, establecida el próximo viernes 27 de septiembre de 2019.
Compartimos a continuación el manifiesto de la convocatoria al que se han adherido más de 300 organizaciones del Estado español y que exige que en la nueva etapa política “se declare, de manera inmediata, la emergencia climática y se tomen las medidas concretas necesarias para reducir rápidamente a cero neto las emisiones de gases de efecto invernadero, en línea con lo establecido por la ciencia y bajo criterios de justicia climática”.
En cuanto a las Movilizaciones confirmadas para el próximo 27 de septiembre , parte de nuestro equipo participará en el acto convocado por Biocultura, que se celebra en Valencia del 27 al 29 de septiembre y en el que SEAE estará presenta, así igual que en las actividades de otras ciudades como Madrid o Barcelona.
Podéis encontrar más información acerca de las acciones convocadas, apoyos a la iniciativa, contactos… en las referencias al final de este post o en la página web 2020: Rebelión por el Clima
Y aquí el manifiesto “27 DE SEPTIEMBRE HUELGA MUNDIAL POR EL CLIMA“:
Los recientes informes sobre el estado de la biodiversidad del IPBES y sobre el calentamiento global de 1,5 oC del IPCC, que alertan de un rumbo que lleva al deterioro de un gran número de ecosistemas, tanto terrestres como marinos, así como a la extinción de 1 millón de especies que se encuentran gravemente amenazadas por la actividad humana. También se está al borde de un punto de no retorno frente al cambio climático.
Una crisis climática que es consecuencia de un modelo de producción y consumo que ha demostrado ser inapropiado para satisfacer las necesidades de muchas personas, que pone en riesgo nuestra supervivencia e impacta de manera injusta especialmente a las poblaciones más pobres y vulnerables del mundo. No responder con suficiente rapidez y contundencia a la emergencia ecológica y civilizatoria supondría la muerte de millones de personas, además de la extinción irreemplazable de especies imprescindibles para la vida en la Tierra, dadas las complejas interrelaciones ecosistémicas.
La contundencia de los datos que señala como las regiones mediterráneas son de las más vulnerables al cambio climático, de forma que no limitar la temperatura global en 1,5 oC será una factura demasiado cara para las generaciones presentes y futuras. La responsabilidad de las instituciones europeas y el Gobierno español, así como los gobiernos de las distintas comunidades autónomas y ayuntamientos coordinados con todos los grupos políticos, es estar a la altura de las necesidades que exige el momento.
Las organizaciones firmantes piden que en la nueva etapa política se declare, de manera inmediata, la emergencia climática y se tomen las medidas concretas necesarias para reducir rápidamente a cero neto las emisiones de gases de efecto invernadero, en línea con lo establecido por la ciencia y bajo criterios de justicia climática. Evitar que la temperatura global se eleve por encima de 1,5 °C debe ser una prioridad de la humanidad. Es necesario reducir con carácter urgente las emisiones de CO2eq (equivalente de carbono), reajustando la huella ecológica a la biocapacidad del planeta.
Lograr estos objetivos requiere necesariamente de:
Verdad. Asumir la urgencia de la situación actual admitiendo el diagnóstico, indicaciones y sendas de reducción reflejadas en el último informe sobre 1,5 oC avalado por la comunidad científica. Reconocer la brecha de carbono existente entre los compromisos españoles y las indicaciones científicas. Los medios de comunicación tienen un papel fundamental para transmitir esa realidad.
Compromiso. Declarar la emergencia climática a través de asumir compromisos políticos reales y vinculantes, mucho más ambiciosos que los actuales, con la consiguiente asignación de recursos para hacer frente a esta crisis. Garantizar reducciones de gases de efecto invernadero en línea con el Informe del IPCC para no superar un aumento de temperatura global de 1,5oC, que establece una senda de reducción de emisiones global entre el 40 al 60% para 2030 respecto a 2010. Además, es imprescindible detener la pérdida de la biodiversidad para evitar un colapso de todos los sistemas naturales, incluido el humano.
Acción. Abandonar los combustibles fósiles, apostar por una energía 100 % renovable y reducir de manera urgente y prioritaria a cero las emisiones netas de carbono lo antes posible. Demandamos que los gobiernos analicen cómo lograr este objetivo y propongan los planes de actuación necesarios: frenen nuevas infraestructuras fósiles (centrales, exploraciones, grandes puertos, etc).; reducción de los niveles de consumo de materiales, energía y de las necesidades de movilidad; cambio de modelo energético sin falsas soluciones como la energía nuclear; reorganización del sistema de producción; educación, además de otras medidas contundentes. Todo esto debe quedar reflejado en la Ley de Cambio Climático y Transición energética y en el Plan Nacional Integrado de Clima y Energía.
Solidaridad. El deterioro ambiental de las condiciones de vida se sufre de forma desigual en función de la clase social, el sexo, la procedencia, o las capacidades. Defendemos que la transición ha de enfrentar estas jerarquías y defender y reconocer de forma especial a la población más vulnerable.
La degradación planetaria y la creciente desigualdad tienen un origen común y se alimentan entre ellas. Así, por ejemplo, muchas grandes empresas y bancos obtienen enormes beneficios a través de la especulación inmobiliaria, el desahucio, la gentrificación o la turistificación que expulsa a las familias de sus casas, a los vecinos de sus barrios. Aunque cada vez hay más inversiones en tecnologías para la transición energética, sigue habiendo muchos fondos que sostienen y financian a las grandes empresas del oligopolio energético en su explotación del planeta, y cuyo resultado es el incremento de la pobreza, incluida la energética.
Los colectivos más desfavorecidos no pueden empeorar su situación, por lo que la transición se tiene que realizar con justicia social. En el caso de los territorios y trabajadores y trabajadoras afectados es preciso adoptar medidas para asegurar empleos alternativos en sectores sostenibles, afrontar la crisis energética, reducción de la jornada laboral, un mejor reparto del empleo y el desarrollo de otros mecanismos en torno a la Transición Justa que deben lograr que no se deje a nadie atrás.
Democracia. La justicia y la democracia deben ser pilares fundamentales de todas las medidas que se apliquen, por lo que han de crearse los mecanismos adecuados de participación y control por parte de la ciudadanía para abordar las cuestiones sociales difíciles y para formar parte activa de la solución mediante la democratización de los sistemas energéticos, alimentarios, de transporte, etc. En estos procesos se debe garantizar la igualdad de género en la toma de decisiones.
Realizar un giro de 180 grados en las políticas comerciales internacionales, acabando con la firma de tratados de comercio e inversión que ahondan la problemática del aumento de gases de efecto invernadero vía incremento del transporte marítimo interoceánico, así como de la aviación civil, que dificultan la lucha contra el cambio climático a través de las cláusulas de protección de inversiones (ISDS). Las medidas de mercado no pueden sustituir la adecuada planificación de la transición ecológica.
Los países empobrecidos son los menos responsables de la degradación planetaria. Sin embargo, son a su vez los países más vulnerables a las consecuencias de esta ruptura de los límites. Los países más enriquecidos son quienes acumulan una mayor deuda ambiental, por ello y atendiendo a los criterios de justicia climática, deberán ser países como loseuropeos los que deban adquirir unos compromisos mayores. Se hace necesario revertir el hecho de que el 20 % de la población mundial absorbe el 80 % de los recursos naturales.
En defensa del futuro, de un planeta vivo y de un mundo justo, las personas y colectivos firmantes nos sumamos a la convocatoria internacional de Huelga mundial por el clima, una movilización que será, huelga estudiantil, huelga de consumo, movilizaciones en los centros de trabajo y en las calles, cierres en apoyo de la lucha climática,… e invitamos a la ciudadanía y al resto de actores sociales, ambientales y sindicales a secundar esta convocatoria y a sumarse a las distintas movilizaciones que sucederán el 27 de septiembre.
Más de 300 organizaciones se suman a la Huelga Mundial por el Clima
- Las organizaciones firmantes piden que se declare de manera inmediata la emergencia climática y se tomen las medidas concretas necesarias para reducir rápidamente a cero las emisiones netas de gases de efecto invernadero.
- Exigen un nuevo modelo socioecológico que no comprometa la supervivencia de la vida tal y como la conocemos.
- Numerosas ciudades y pueblos acogerán diversos actos el próximo 27 de septiembre en apoyo a la Huelga Mundial por el Clima. Una fecha que se produce en el marco de las movilizaciones por el clima, a nivel global, y de la semana de acción del 20 al 27 de septiembre convocada por Fridays for Future.
El próximo 27 de septiembre se celebra la Huelga Mundial por el Clima con un alcance global y que, en el caso de España, cuenta con el apoyo de más de 300 organizaciones, entre ellas Ecologistas en Acción, adheridas al manifiesto publicado el pasado mes de julio en defensa del futuro, de un planeta vivo y de un mundo justo. Una huelga que tiene como objetivo exigir a los gobiernos medidas efectivas ante la emergencia climática. Esta crisis climática es el mayor reto al que se enfrenta la humanidad y, por este motivo y con el fin de dar respuesta a la magnitud del problema, la sociedad se está coordinando a nivel mundial. Durante la semana del 20 al 27 de septiembre tendrán lugar numerosas acciones en multitud de municipios de todo el Estado, que culminarán en movilizaciones masivas en todo el mundo el 27 de septiembre.
Durante las últimas semanas se han llevado a cabo numerosos gestos de apoyo a la Huelga Mundial por el Clima por parte de distintos actores sociales, de la comunidad científica y de la artística, que reflejan la necesidad de abordar una transición ecológica urgente y justa. Se espera que estos gestos de apoyo se redoblen en las próximas semanas y que sirvan de aliciente para llamar a la participación a toda la sociedad en las acciones convocadas. Acciones en forma de manifestaciones, huelgas estudiantiles y de consumo, cierres de lugares de trabajo, movilizaciones y concentraciones en los centros de trabajo y en las calles… Un gran grito común y unitario en la lucha climática.
La crisis climática, consecuencia directa del modelo de producción extractivista, basada principalmente en el uso de combustibles fósiles y del consumo globalizado actual, pone en riesgo la supervivencia humana y la de un gran número de otras especies y ecosistemas, afectando especialmente a las poblaciones más empobrecidas y vulnerables.
Desde hace décadas la comunidad científica alerta del deterioro de un gran número de ecosistemas, tanto terrestres como marinos, así como del punto de no retorno frente al cambio climático. Los recientes informes sobre el estado de la biodiversidad del IPBES (Plataforma Intergubernamental de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos) señalan que cerca de un millón de especies entre animales y plantas se encuentran al borde de la extinción como consecuencia de las actividades humanas. Asimismo, el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), publicado el pasado agosto, señala que la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de todos los sectores es el único modo de mantener el calentamiento global por debajo de los críticos 1,5 °C.
No responder con suficiente rapidez y contundencia a la emergencia climática, ecológica y civilizatoria supondrá la muerte y el aumento de la pobreza extrema para millones de personas, además de la extinción de muchas especies e, incluso, de ecosistemas completos.
Por todo ello, y en defensa del presente y del futuro, de un planeta vivo y de un mundo justo, las personas y colectivos firmantes del manifiesto efectúan un llamamiento a toda la sociedad (ciudadanía y diferentes actores sociales, ambientales, de cooperación, sindicales, etc.) para que el próximo 27 de septiembre se unan a las distintas movilizaciones previstas: huelga estudiantil, huelga de consumo para construir estrategias de consumo alternativo que respeten los derechos, la vida y los límites biofísicos del planeta, y huelga laboral en el sector de la enseñanza andaluz convocada por CGT. Asimismo, organizaciones sindicales convocarán asambleas en los centros de trabajo para pedir medidas de transición ecológica y justa en las empresas; mientras que algunas organizaciones ecologistas y sociales realizarán un cierre de 24 horas de sus oficinas e instan a otros actores a un cierre total o parcial durante el desarrollo de la manifestación.
Las organizaciones y plataformas convocantes hacen además un llamamiento a toda la población para que en las oficinas, colegios, ayuntamientos y otros lugares de trabajo se realicen concentraciones simbólicas de cuatro minutos y 15 segundos, entre las 11 y las 12 de la mañana de ese mismo día. Un acto que sirva de reflexión en torno a la gran señal de alarma que supuso alcanzar el pasado mes de abril una concentración de partículas de dióxido de carbono en la atmósfera de 415 ppm (partes por millón), nivel que no se registraba desde hacía tres millones de años.
Este manifiesto es solo el comienzo. En las próximas semanas se pedirá el apoyo individual de aquellas personas que quieran sumarse a la exigencia de adoptar colectivamente las medidas necesarias para enfrentar la crisis ecológica y social actual.
Colectivos, organizaciones y movimientos sociales se unen para exigir la Emergencia Climática al Gobierno español
- Demandamos a las administraciones europeas, estatales, autonómicas y municipales la declaración del estado de Emergencia Climática y su actuación en consecuencia
- Instamos a las empresas a que apoyen y contribuyan en la creación de una sociedad más justa y sostenible, dada su capacidad y responsabilidad en la búsqueda de soluciones
- Invitamos a las distintas organizaciones, colectivos, movimientos sociales y ciudadanía en general a que apoyen y se sumen a este llamamiento
Madrid, 21 de mayo de 2019 – En el día en que se inicia la legislatura, más de 25 colectivos exigen a los futuros gobiernos locales, autonómicos, central y europeo que declaren el estado de emergencia climática y actúen en consecuencia. Tanto la urgencia como la gravedad de la situación climática y ecológica exigen una actuación rápida y contundente para evitar los peores escenarios indicados por la ciencia.
Diferentes colectivos queremos dejar constancia de la gravedad de la situación en la que nos encontramos. La urgencia nos alienta a hacer este llamamiento coordinado para exigir que las instituciones europeas y el Gobierno español, así como los gobiernos de las distintas comunidades autónomas y ayuntamientos coordinados con todos los grupos políticos, estén a la altura de las necesidades que exige el momento actual. Pedimos que en la nueva etapa política declaren, de manera inmediata, la emergencia climática y tomen las medidas concretas necesarias para reducir rápidamente a cero neto las emisiones de gases de efecto invernadero, en línea con lo establecido por la ciencia y bajo criterios de justicia climática. Evitar que la temperatura global se eleve por encima de 1,5 °C debe ser una prioridad de la humanidad. Necesitamos reducir con carácter urgente las emisiones de CO2eq (equivalente de carbono), reajustando nuestra huella ecológica a la biocapacidad del planeta.
El planeta, así como los seres vivos y los ecosistemas, nos encontramos en grave peligro, prueba de ello son los recientes informes sobre el estado de la Biodiversidad del IPBES y sobre el calentamiento global de 1,5 oC del IPCC, alertándonos d
el rumbo al que nos dirigimos: la extinción de una gran parte de los ecosistemas terrestres. Un millón de especies están en amenazas por la actividad humana, así como también estamos al borde de un punto de no retorno frente al cambio climático si no modificamos nuestra trayectoria cuanto antes. No responder ante la crisis ecológica y civilizatoria supondría la muerte de millones de personas, además de la extinción irreemplazable de especies imprescindibles para la vida en la Tierra, dadas las complejas interrelaciones ecosistémicas.
Lograr estos objetivos requiere, necesariamente, de
– Verdad. Que los gobiernos digan la verdad acerca de lo urgente que es nuestra situación actual, asumiendo que el primer paso para solucionar un problema es admitir el diagnóstico de la comunidad científica. Los medios de comunicación tienen un papel fundamental para transmitir esa realidad.
– Compromiso. Declarar la emergencia climática es, sin duda, insuficiente, por lo que debe venir acompañada de compromisos políticos reales y vinculantes, mucho más ambiciosos que los actuales, con la consiguiente asignación de recursos para hacer frente a esta crisis. Garantizar reducciones de gases de efecto invernadero anuales superiores al 7%, así como detener la pérdida de la biodiversidad son la única respuesta posible para evitar un colapso de todos los sistemas naturales, incluido el humano.
– Acción. Abandonar los combustibles fósiles, apostar por una energía 100% renovable y reducir a cero las emisiones netas de carbono lo antes posible de manera urgente y prioritaria, en línea con las indicaciones del informe del IPCC para limitar el aumento de las temperaturas globales a 1,5 oC. Demandamos que los gobiernos analicen cómo lograr este objetivo y propongan los planes de actuación necesarios: frenen nuevas infraestructuras fósiles (centrales, exploraciones, grandes puertos, etc.; reducción de los niveles de consumo y del transporte; cambio de modelo energético; reorganización del sistema de producción; educación, además de otras medidas contundentes. Todo esto debe quedar reflejado en la Ley de Cambio Climático y Transición energética y en el Plan Nacional Integrado de Clima y Energía.
– Democracia. La justicia y la democracia deben ser pilares fundamentales de todas las medidas que se apliquen, por lo que han de crearse los mecanismos adecuados de participación y control por parte de la ciudadanía para abordar las cuestiones sociales difíciles y para formar parte activa de la solución mediante la democratización de los sistemas energéticos, alimentarios, de transporte, etc. En estos procesos se debe garantizar la igualdad de género en la toma de decisiones.
– Adoptar medidas urgentes para frenar la extinción masiva de especies y para acabar con la pérdida de biodiversidad, la especulación financiera de la naturaleza, el extractivismo insostenible y la desmedida mercantilización de las materias primas y los comunes. Estamos deforestando los bosques, destruyendo los deltas, las marismas, los arrecifes de coral, los manglares, contaminando los océanos, los ríos, agotando los acuíferos. Nuestra supervivencia depende de estos ecosistemas que son la esperanza y la salvación para toda la vida en nuestro planeta.
– Realizar un giro de 180 grados en las políticas comerciales internacionales, acabando con la firma de tratados de comercio e inversión que ahondan la problemática del aumento de gases de efecto invernadero vía incremento del transporte marítimo interoceánico, así como de la aviación civil, que dificultan la lucha contra el cambio climático a través de las cláusulas de protección de inversiones (ISDS). Las medidas de mercado no pueden sustituir la adecuada planificación de la transición ecológica.
– Los países empobrecidos son los menos responsables de la degradación planetaria, sin embargo, son a su vez los países más vulnerables a las consecuencias de esta ruptura de los límites. Los países más enriquecidos son quienes acumulan una mayor deuda ambiental, por ello y atendiendo a los criterios de justicia climática, deberán ser países como los europeos los que deban adquirir unos compromisos mayores. Se hace necesario revertir el hecho de que el 20% de la población mundial absorbe el 80% de los recursos naturales.
Fridays for Future – Juventud por el Clima
Movimiento de jóvenes ecologistas. Surge en Europa y llega a nuestro país en Febrero de este año con la voluntad de exigir a la clase política la toma de medidas urgentes para mitigar el calentamiento global y la declaración de emergencia climática. Nos organizamos para conseguir una transición frente a la crisis climática.
juventudxclima.es | ig: @juventudxclima
2020 Rebelión por el Clima
Campaña europea conformada por más de 30 organizaciones que reclaman la justicia climática. Su objetivo es realizar conexiones entre las diferentes luchas y ayudar a los grupos y movimientos a intensificar sus acciones de forma estratégica y coordinada. 2020rebelionporelclima.net | by2020weriseup.net
Alianza por el Clima
Nació a principios de 2015 al calor de los debates e iniciativas previas a la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP21) que dio lugar al Acuerdo de París. Está formada por más de 400 organizaciones que representan al movimiento ecologista, sindical, agrario, de cooperación al desarrollo, ciencia e investigación y consumidores. alianza-clima.blogspot.com
Alianza por la Emergencia Climática
Conformada por numerosos colectivos, organizaciones y movimientos sociales y ecologistas, nace en mayo de 2019, para exigir la declaración de Emergencia Climática al gobierno español así como al resto de Instituciones autonómicas y locales, y luchar contra la crisis climática.